domingo, marzo 05, 2006
UN DÍA EN LA VIDA DE UN JOVEN ESTUDIANTE
Julio 15, 2020:
En un día de verano con neblina, en San Francisco, Malia de 11 años está trabajando arduamente en la escuela. En el 2007, su distrito escolar cambió el calendario escolar de 9 meses, reconociendo que la enseñanza y el aprendizaje son actividades que se deben realizar todo el año y que las largas vacaciones de verano eran un anacronismo que venía de la época en la que los niños se necesitaban en los hogares para ayudar en la cosecha.
Su escuela se ve y se siente como un híbrido entre una oficina de trabajo, una biblioteca pública y un estudio cinematográfico, con cubículos individuales para los estudiantes, decorados con la expresión de la personalidad e intereses de cada uno y, 10 grandes centros de investigación y producción de multimedia, suficientes para acomodar toda la clase.
Casi todos los muebles están montados sobre ruedas de modo que las áreas de trabajo se puedan reconfigurar fácilmente para adaptarse a las necesidades de una actividad estudiantil específica. El diseño de la institución se inspiró en la Facultad de Estudios Ambientales de la Universidad de Minnesota, fundada en 1995, y pionera en su época, en arquitectura escolar de avanzada.
Malia y dos de sus compañeros, Sahar y Osvaldo, están sentados en cómodos asientos en una de las estaciones de comunicación y producción multimedia. Frente a ellos se encuentra una pantalla luminiscente de alta resolución y de doble faz, en la que una combinación de imágenes, texto y video digital, se puede solicitar por comandos de voz.
Osvaldo, que nació ciego, utiliza para ver, la tecnología de soporte de un sistema de prótesis visual digital. El sistema consiste de una mini cámara montada en las gafas, con procesadores de señales y electrodos, que estimulan el área visual de su corteza cerebral; una tecnología de punta que se ensayó por primera vez en el Paciente Alfa en el 2002. A diferencia de los estudiantes invidentes de generaciones anteriores, Osvaldo puede participar plenamente en todas las actividades con los estudiantes videntes.
“Muéstrenos el proyecto sobre volcanes que ha trabajado nuestro equipo”, pide Osvaldo al servidor de la escuela, permitiendo así que el equipo revise el progreso alcanzado la semana anterior.
Su investigación, en la que han utilizado la Red de Aprendizaje Global, los ha llevado al sitio Web del Parque Nacional de Volcanes de Hawai, donde han podido ver varias horas de videos sobre erupciones volcánicas; observar el trabajo de los vulcanólogos que siguen la trayectoria y realizan mediciones de los flujos de lava; y observar algunas entrevistas que les han hecho.
El sitio incluía un holograma en tercera dimensión con imágenes secuenciales de la erupción del Monte Kilauea en 1983 en la isla grande. Mediante la compresión del tiempo de la fotografía secuencial, pudieron ver los flujos de lava de los últimos 40 años. Hicieron una copia del holograma y la dejaron en la clase para que pudiera ser utilizada por otros estudiantes.
Ayer, usando aparatos especiales de realidad virtual que se colocan en la cabeza, habían ido en un viaje simulado, a visitar los campos de lava. Esto les produjo la sensación de estar en el terreno, caminando sobre kilómetros de formaciones de lava muy antiguas, hasta que llegaron a una escena en la que la lava de color naranja brillante, fluía hacia el mar. “Eso fue excelente”, sonrió Maila. “Se podía escuchar la lava crepitando”.
Su maestra, Kavery Dutta, se acerca para observar la discusión que sostienen mientras se preparan para la videoconferencia. Ella les dice “Saben, seria fantástico que averiguaran también que significaron, hace siglos, los volcanes, para los nativos de Hawai. Ellos creían en una diosa del fuego, Pele.”
A continuación les propone algunas fuentes para investigar y acceder, desde la Biblioteca Digital de la Universidad de Hawai. También sugiere que investiguen el trabajo pionero realizado por el geólogo de MIT Thomas Jaggar, fundador del Observatorio Vulcanológico de Hawai en 1912, quien persuadió al Congreso Norteamericano para que preservara el área como Parque Nacional.
La señorita Dutta se dirige hacia otro grupo de estudiantes para verificar lo que están haciendo. Uno de ellos sostiene en la mano una muestra de roca volcánica, mientras que otro la examina utilizando un microscopio digital PDA (Asistente Personal Digital) con imagen magnificada, que se puede proyectar en una gran pantalla a sus espaldas. Un tercer estudiante se encuentra examinando el holograma del volcán dejado por el grupo de Malia.
Maila anuncia:”Bueno, estamos listos para nuestra cita con el vulcanólogo del Parque Nacional de Hawai”. La cara de Harold Levitt, jefe de interpretación del Parque, aparece con el familiar uniforme verde, de los guardabosques del servicio del Parques Nacionales.
Para responder las preguntas, el guardabosques Levitt los lleva a una serie de pantallas adicionales en las que se muestran segmentos de videos de noticias y datos provenientes de fuentes de información de la época en que hizo erupción el Monte Kilauea; tratan además, la ciencia y la química de los volcanes (incluyendo peligros tales como la liberación de gas sulfúrico); y el impacto humano en las comunidades locales, desde la devastación de las casas hasta el aumento del turismo.
Malia y sus compañeros de clase pueden observar también imágenes de los flujos de lava actuales, en tiempo real, por cámaras de entrenamiento ubicadas en el sitio, y aprovechan la oportunidad de observar la creación de arena negra cuando la lava caliente se encuentra con el agua fría del océano.
Malia pregunta, “Hace un par de semanas, sentimos acá un leve temblor de tierra. Lo sentimos pero no hizo daños. ¿Cómo se relacionan los temblores con los volcanes?” En otra pantalla, el guardabosques Levitt carga una simulación de placas tectónicas y les muestra cortes transversales de la tierra, y también, fotografías aéreas tomadas por satélite a diferentes alturas con gráficas superpuestas que muestran las zonas de fallas geológicas (de terremotos) del área de la Bahía y luego de San Francisco.
Al terminar la entrevista de 20 minutos con el Guardabosques Levitt, que se grabó en el servidor de la escuela para que haga parte del archivo del proyecto, los estudiantes revisaron rápidamente la trascripción del video y marcaron algunos de sus comentarios para su posible utilización en el reporte final que harán en multimedia.
Al terminar la sesión de dos horas, hicieron un resumen en multimedia de su trabajo, programaron las próximas reuniones en el calendario, y se auto-asignaron tareas para su próximo encuentro. Cada uno metió una copia del archivo con el trabajo del día en su maleta digital; un computador personal portátil resistente, con consola de comunicaciones; que cada estudiante sacó a su nombre al iniciarse el año escolar, tal como se entregaban antiguamente los libros de texto.
La “maleta digital” de Malia permite que en la tarde después de caminar unas cuadras y llegar hasta la oficina de su padre, ella le dedique un poco más de tiempo a su proyecto de volcanes. Mientras espera a que él termine su trabajo, con ayuda de su maleta digital se conecta con el sistema de información de la biblioteca de la escuela y con la red sin cables, ahora disponible ampliamente.
Busca enlaces y hojea referencias sobre mitología Hawaiana, mira un corto de video sobre la Diosa Pele en su video-pantalla, y graba unas notas de voz para compartir con sus compañeros de proyecto en la escuela, al día siguiente.
En la noche, Malia practica chino en el estadero de su casa. Espera visitar la China algún día, y ha estado usando un sistema de aprendizaje de idiomas en línea, para mejorar sus conocimientos básicos de conversación, lectura y escritura en ese idioma. A su hermana menor, Sonia, le gusta mirar lo que ella está haciendo, se sienta a su lado y mira con ella una pantalla de multimedia parecida a las que hay en la escuela.
Las dos tienen en sus manos dispositivos digitales PDA que les sirven como diccionarios Inglés – Chino, con opción de audio y de texto, en los que buscan palabras y frases en los dos idiomas. Además les permiten guardar las frases que ellas dicen.
Malia solicita, “Por favor la lección de balompié”. Ésta empieza con una escena en la que participa un futbolista estrella Chino, Chen Mingde, quién mueve la bola alrededor de un defensa Brasilero y hace gol en la esquina del arco, con una patada certera. El comentario de cada una de las jugadas se escucha en Mandarín, y tanto el sistema fonético en letras romanas, como los caracteres Chinos, aparecen como subtítulos en la parte inferior de la pantalla. Las palabras y los caracteres individuales se iluminan al tiempo que se enuncian.
A medida que Malia practica su pronunciación sobre la escena, el sistema le proporciona retroalimentación, permitiéndole escuchar primero su pronunciación, y luego una versión de ésta corregida digitalmente, asegurando el que vaya mejorando su pronunciación de los cuatro tonos (el Chino es un idioma tonal), tarea por lo general difícil para los angloparlantes.
Utilizando este sistema en línea, ella puede conversar también con estudiantes de otros países que tienen intereses similares, y participar en una tutoría de idiomas mutua. “Me gustaría hablar con Xyaoyan” dice Malia, pidiendo al sistema que llame a su amiga en línea, Xiaoyan Zhao, niña de 11 años que vive en Shangai y es conocida con el apodo “XYZ”.
XYZ aparece en la pantalla, es la hora del almuerzo y ella está en la cafetería de su escuela, le habla en inglés y Malia le contesta en chino, entre las dos se ayudan con vocabulario y pronunciación. Prometen que cada una hará videos cortos para presentarle a la otra los miembros de su familia, y que los enviaran la semana siguiente.
Malia le menciona que está trabajando en un proyecto de volcanes en la escuela, y XYZ recuerda que su clase estudió el Monte Fuji, nombrado en honor a la diosa ancestral Japonesa del fuego. Malia captura el comentario de XYZ como una nota de voz y lo envía por correo a sus compañeros de clase como sugerencia para ampliar la investigación que están realizando.
Mientras Malia termina su conversación y se sale del sistema, su padre entra al cuarto y le hace la misma pregunta que todos los padres han hecho a sus hijos durante generaciones: “Y que hiciste en la escuela hoy?”
Mientras Malia le cuenta con entusiasmo sobre su día, y sobre su emoción por volver a la escuela al día siguiente, él sacude la cabeza con asombro y recuerda “pensar, que hace 20 años todo lo que teníamos era Internet”.
En un día de verano con neblina, en San Francisco, Malia de 11 años está trabajando arduamente en la escuela. En el 2007, su distrito escolar cambió el calendario escolar de 9 meses, reconociendo que la enseñanza y el aprendizaje son actividades que se deben realizar todo el año y que las largas vacaciones de verano eran un anacronismo que venía de la época en la que los niños se necesitaban en los hogares para ayudar en la cosecha.
Su escuela se ve y se siente como un híbrido entre una oficina de trabajo, una biblioteca pública y un estudio cinematográfico, con cubículos individuales para los estudiantes, decorados con la expresión de la personalidad e intereses de cada uno y, 10 grandes centros de investigación y producción de multimedia, suficientes para acomodar toda la clase.
Casi todos los muebles están montados sobre ruedas de modo que las áreas de trabajo se puedan reconfigurar fácilmente para adaptarse a las necesidades de una actividad estudiantil específica. El diseño de la institución se inspiró en la Facultad de Estudios Ambientales de la Universidad de Minnesota, fundada en 1995, y pionera en su época, en arquitectura escolar de avanzada.
Malia y dos de sus compañeros, Sahar y Osvaldo, están sentados en cómodos asientos en una de las estaciones de comunicación y producción multimedia. Frente a ellos se encuentra una pantalla luminiscente de alta resolución y de doble faz, en la que una combinación de imágenes, texto y video digital, se puede solicitar por comandos de voz.
Osvaldo, que nació ciego, utiliza para ver, la tecnología de soporte de un sistema de prótesis visual digital. El sistema consiste de una mini cámara montada en las gafas, con procesadores de señales y electrodos, que estimulan el área visual de su corteza cerebral; una tecnología de punta que se ensayó por primera vez en el Paciente Alfa en el 2002. A diferencia de los estudiantes invidentes de generaciones anteriores, Osvaldo puede participar plenamente en todas las actividades con los estudiantes videntes.
“Muéstrenos el proyecto sobre volcanes que ha trabajado nuestro equipo”, pide Osvaldo al servidor de la escuela, permitiendo así que el equipo revise el progreso alcanzado la semana anterior.
Su investigación, en la que han utilizado la Red de Aprendizaje Global, los ha llevado al sitio Web del Parque Nacional de Volcanes de Hawai, donde han podido ver varias horas de videos sobre erupciones volcánicas; observar el trabajo de los vulcanólogos que siguen la trayectoria y realizan mediciones de los flujos de lava; y observar algunas entrevistas que les han hecho.
El sitio incluía un holograma en tercera dimensión con imágenes secuenciales de la erupción del Monte Kilauea en 1983 en la isla grande. Mediante la compresión del tiempo de la fotografía secuencial, pudieron ver los flujos de lava de los últimos 40 años. Hicieron una copia del holograma y la dejaron en la clase para que pudiera ser utilizada por otros estudiantes.
Ayer, usando aparatos especiales de realidad virtual que se colocan en la cabeza, habían ido en un viaje simulado, a visitar los campos de lava. Esto les produjo la sensación de estar en el terreno, caminando sobre kilómetros de formaciones de lava muy antiguas, hasta que llegaron a una escena en la que la lava de color naranja brillante, fluía hacia el mar. “Eso fue excelente”, sonrió Maila. “Se podía escuchar la lava crepitando”.
Su maestra, Kavery Dutta, se acerca para observar la discusión que sostienen mientras se preparan para la videoconferencia. Ella les dice “Saben, seria fantástico que averiguaran también que significaron, hace siglos, los volcanes, para los nativos de Hawai. Ellos creían en una diosa del fuego, Pele.”
A continuación les propone algunas fuentes para investigar y acceder, desde la Biblioteca Digital de la Universidad de Hawai. También sugiere que investiguen el trabajo pionero realizado por el geólogo de MIT Thomas Jaggar, fundador del Observatorio Vulcanológico de Hawai en 1912, quien persuadió al Congreso Norteamericano para que preservara el área como Parque Nacional.
La señorita Dutta se dirige hacia otro grupo de estudiantes para verificar lo que están haciendo. Uno de ellos sostiene en la mano una muestra de roca volcánica, mientras que otro la examina utilizando un microscopio digital PDA (Asistente Personal Digital) con imagen magnificada, que se puede proyectar en una gran pantalla a sus espaldas. Un tercer estudiante se encuentra examinando el holograma del volcán dejado por el grupo de Malia.
Maila anuncia:”Bueno, estamos listos para nuestra cita con el vulcanólogo del Parque Nacional de Hawai”. La cara de Harold Levitt, jefe de interpretación del Parque, aparece con el familiar uniforme verde, de los guardabosques del servicio del Parques Nacionales.
Para responder las preguntas, el guardabosques Levitt los lleva a una serie de pantallas adicionales en las que se muestran segmentos de videos de noticias y datos provenientes de fuentes de información de la época en que hizo erupción el Monte Kilauea; tratan además, la ciencia y la química de los volcanes (incluyendo peligros tales como la liberación de gas sulfúrico); y el impacto humano en las comunidades locales, desde la devastación de las casas hasta el aumento del turismo.
Malia y sus compañeros de clase pueden observar también imágenes de los flujos de lava actuales, en tiempo real, por cámaras de entrenamiento ubicadas en el sitio, y aprovechan la oportunidad de observar la creación de arena negra cuando la lava caliente se encuentra con el agua fría del océano.
Malia pregunta, “Hace un par de semanas, sentimos acá un leve temblor de tierra. Lo sentimos pero no hizo daños. ¿Cómo se relacionan los temblores con los volcanes?” En otra pantalla, el guardabosques Levitt carga una simulación de placas tectónicas y les muestra cortes transversales de la tierra, y también, fotografías aéreas tomadas por satélite a diferentes alturas con gráficas superpuestas que muestran las zonas de fallas geológicas (de terremotos) del área de la Bahía y luego de San Francisco.
Al terminar la entrevista de 20 minutos con el Guardabosques Levitt, que se grabó en el servidor de la escuela para que haga parte del archivo del proyecto, los estudiantes revisaron rápidamente la trascripción del video y marcaron algunos de sus comentarios para su posible utilización en el reporte final que harán en multimedia.
Al terminar la sesión de dos horas, hicieron un resumen en multimedia de su trabajo, programaron las próximas reuniones en el calendario, y se auto-asignaron tareas para su próximo encuentro. Cada uno metió una copia del archivo con el trabajo del día en su maleta digital; un computador personal portátil resistente, con consola de comunicaciones; que cada estudiante sacó a su nombre al iniciarse el año escolar, tal como se entregaban antiguamente los libros de texto.
La “maleta digital” de Malia permite que en la tarde después de caminar unas cuadras y llegar hasta la oficina de su padre, ella le dedique un poco más de tiempo a su proyecto de volcanes. Mientras espera a que él termine su trabajo, con ayuda de su maleta digital se conecta con el sistema de información de la biblioteca de la escuela y con la red sin cables, ahora disponible ampliamente.
Busca enlaces y hojea referencias sobre mitología Hawaiana, mira un corto de video sobre la Diosa Pele en su video-pantalla, y graba unas notas de voz para compartir con sus compañeros de proyecto en la escuela, al día siguiente.
En la noche, Malia practica chino en el estadero de su casa. Espera visitar la China algún día, y ha estado usando un sistema de aprendizaje de idiomas en línea, para mejorar sus conocimientos básicos de conversación, lectura y escritura en ese idioma. A su hermana menor, Sonia, le gusta mirar lo que ella está haciendo, se sienta a su lado y mira con ella una pantalla de multimedia parecida a las que hay en la escuela.
Las dos tienen en sus manos dispositivos digitales PDA que les sirven como diccionarios Inglés – Chino, con opción de audio y de texto, en los que buscan palabras y frases en los dos idiomas. Además les permiten guardar las frases que ellas dicen.
Malia solicita, “Por favor la lección de balompié”. Ésta empieza con una escena en la que participa un futbolista estrella Chino, Chen Mingde, quién mueve la bola alrededor de un defensa Brasilero y hace gol en la esquina del arco, con una patada certera. El comentario de cada una de las jugadas se escucha en Mandarín, y tanto el sistema fonético en letras romanas, como los caracteres Chinos, aparecen como subtítulos en la parte inferior de la pantalla. Las palabras y los caracteres individuales se iluminan al tiempo que se enuncian.
A medida que Malia practica su pronunciación sobre la escena, el sistema le proporciona retroalimentación, permitiéndole escuchar primero su pronunciación, y luego una versión de ésta corregida digitalmente, asegurando el que vaya mejorando su pronunciación de los cuatro tonos (el Chino es un idioma tonal), tarea por lo general difícil para los angloparlantes.
Utilizando este sistema en línea, ella puede conversar también con estudiantes de otros países que tienen intereses similares, y participar en una tutoría de idiomas mutua. “Me gustaría hablar con Xyaoyan” dice Malia, pidiendo al sistema que llame a su amiga en línea, Xiaoyan Zhao, niña de 11 años que vive en Shangai y es conocida con el apodo “XYZ”.
XYZ aparece en la pantalla, es la hora del almuerzo y ella está en la cafetería de su escuela, le habla en inglés y Malia le contesta en chino, entre las dos se ayudan con vocabulario y pronunciación. Prometen que cada una hará videos cortos para presentarle a la otra los miembros de su familia, y que los enviaran la semana siguiente.
Malia le menciona que está trabajando en un proyecto de volcanes en la escuela, y XYZ recuerda que su clase estudió el Monte Fuji, nombrado en honor a la diosa ancestral Japonesa del fuego. Malia captura el comentario de XYZ como una nota de voz y lo envía por correo a sus compañeros de clase como sugerencia para ampliar la investigación que están realizando.
Mientras Malia termina su conversación y se sale del sistema, su padre entra al cuarto y le hace la misma pregunta que todos los padres han hecho a sus hijos durante generaciones: “Y que hiciste en la escuela hoy?”
Mientras Malia le cuenta con entusiasmo sobre su día, y sobre su emoción por volver a la escuela al día siguiente, él sacude la cabeza con asombro y recuerda “pensar, que hace 20 años todo lo que teníamos era Internet”.
Publicación de este documento en EDUTEKA: Junio 21 de 2003.