jueves, marzo 01, 2007
Hallan En La Antártida Un Fósil De 70 Millones De Años
13 Dic 2006 Fuente: AFP
Científicos argentinos y estadounidenses descubrieron un esqueleto fósil de un plesiosaurio o reptil marino juvenil "excelentemente preservado", que habitó en aguas del Oceáno Antártico hace 70 millones de años."Lo que estamos anunciando es la concreción y armado total de un plesiosaurio, que es la conclusión de un trabajo de casi una década, ya que los primeros restos fueron encontrados en 1998", explicó a la AFP el director Nacional del Antártico, el paleontólogo Mariano Memolli.
El funcionario destacó la importancia de los restos fósiles encontrados por tratarse por primera vez de un ejemplar juvenil de esa especie de dinosaurio.
Se trata de "uno de los esqueletos de plesiosaurio más completo jamás hallado y sin dudas el mejor articulado (es decir con sus huesos unidos) de todos los hallados en la Antártida", de acuerdo a un comunicado de prensa difundido en simultáneo en Buenos Aires y Washington.
"Se trata de un reptil muy parecido al monstruo del Lago Ness, con aletas que le permitían 'volar en el agua' y muestra analogías con el pingüino actual", detalló Memolli.
Memolli ponderó además el trabajo de los investigadores argentinos y norteamericanos realizado en medio de "vientos huracanados y bajas temperaturas extremas" de la Antártida.
Los fósiles fueron encontrados en la isla Vega, a unos 60 kilómetros de la base Marambio, en la Antártida argentina, a una altura de 200 metros sobre el nivel del mar, gracias a que la erosión de las areniscas marinas dejó al descubierto algunas vértebras, se explicó.
Los restos fueron enviados al Museo de Dakota del Sur, en Estados Unidos donde, tras el armado, se informó que el espécimen correspondía a un plesiosaurio de cuello largo de 1,5 metros de largo, cuando un ejemplar adulto de la especie podía medir hasta 10 metros, precisó el parte.
El esqueleto está casi perfectamente articulado como cuando estaba en vida, aunque el cráneo está erosionado y separado del cuerpo, dado que la inclemencia del tiempo en la Antártida frenó la búsqueda de la pieza faltante.
Los investigadores presumen que una erupción volcánica habría causado la muerte del animal, ya que fueron descubiertas varias capas de cenizas volcánicas en la zona.